viernes, 19 de julio de 2013

Robocop se hace realidad... Este post no es lo que parece

 
La realidad siempre intenta parecerse a la ficción. En 1987 Paul Verhoeven dirigía Robocop, una película que todos hemos visto alguna vez, los más viejos en el cine, los más jóvenes en la tele. De la cinta nos queda en la memoria el dichoso poli medio hombre medio máquina y quizás, si eres medio friki, el nombre del susodicho: Murphy. Lo que seguro que pocos recuerdan era el trasfondo de la película: Ante el colapso financiero de Detroit la ciudad no tiene más remedio que privatizar la policía y el resto de servicios a una empresa acreedora que es la que dirige la ciudad a partir de entonces. Hoy, en 2013, Detroit, la ciudad más importante de Michigan, se ha declarado en suspensión de pagos.
Detroit es un asco. Y lo digo sin acritud. He estado mil veces allí y en realidad no me extraña que la gente haya dejado de vivir en la ciudad y poco a poco se haya ido mudando a los suburbios colindantes, mucho más seguros y más bonitos. En Detroit sólo se han quedado a vivir los que no han tenido oportunidad de marcharse, osea, los pobres. Y con esos contribuyentes el ayuntamiento no tiene un duro, o un dólar. Los ricos pagan sus impuestos en sus pueblitos coquetos colindantes y la gran ciudad sin embargo sigue teniendo que prestarles los mismos servicios que antes porque aunque esa gente se ha ido a vivir fuera de la ciudad, siguen yendo a trabajar allí todos los días.
El alcalde ha suspendido pagos y hay algunos bancos dispuestos a hacer una buena quita de la deuda que mantiene la ciudad. Pero pongámonos en el lugar de un banco que no quiera hacer ninguna rebaja. primero embarga las cuentas... y luego la gestión llegando al drama que exponía Robocop en el que fuera el banco quien tomara las decisiones políticas cuya primera premisas fuera cobrar su deuda. Un numerito.

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