jueves, 14 de marzo de 2013

Lo mejor de Los Amantes Pasajeros está en los créditos finales

Cuando tienes que esperar a los créditos finales de una película para ver lo más interesante de la misma no dice mucho de la historia que acabas de presenciar. Eso fue lo que me pasó ayer al ver Los Amantes Pasajeros, de Pedro Almodóvar, una historia previsible y poco creíble, ni siquiera dentro del universo del director manchego. Me gustaría decir otra cosa, pero no me creo la exageración de los personajes (y eso no siempre le ha pasado a Almodovar por muy rara que sea la historia y muy excéntricos que sean todos los que aparecen). A los 20 minutos de peli ya supe que aquello no podía remontar.
Dentro de los desastres hay que incluir el atentado perpetrado por los cirujanos plásticos a los rostros de Paz Vega y Cecilia Roth. A ninguna de las dos les hacía falta ese recauchutado infame que se acrecenta al compararlas con la belleza natural (por ahora) de la televisiva Blanca Suarez.
El mundo gay que vuela en ese avión es increible por irresponsable, no por exagerado. Los pilotos de avión no se drogan ni beben en pleno vuelo cuando corren peligro de estrellarse, por muy maricones que sean.
Así que tuve que esperar al final, a los créditos, para que sonara The look, de Metronomy, y me alegrara la noche ante un grupo al que me gvustaría ver en directo alguna vez. Si fue sólo por eso, quizás mereció la pena.
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

La noche de ayer fui a ver la película al y hace bastante tiempo que no me reía con una comedia/melodrama de este tipo. Aprecio bastante a creadores como Almodóvar que nos ofrecen un cine distinto al clásico taquillero plagado de violencia, sexo y/o efectos especiales de última generación para disfrazar la pobreza actoral del elenco. Me refiero a todas las películas de EEUU que se encuentran el día de hoy en la cartelera de mi ciudad. Saludos.