jueves, 17 de enero de 2013

Ni papa, ni flowers. Jelou, jelou.

Ni papa. Ni flowers. Mi no hablar inglish. Jelou, jelou. Mai neim is Federico. Si, si yes.
Mucho Erasmus, muchos jugadores en la NBA, en la Premier pero la verdad es que la verdadera asignatura pendiente del españolito medio es dominar el inglés loo suficiente como para poder trabajar y vivir en esa lengua. Un estudio refleja que más de un 60% de españoles ni siquiera intenta trabajar fuera de España porque piensa que carece de dominio suficiente del inglés.
Quizás la cosa cambie en unos años, cuando los hijos de la educación bilingüe esté en edad de trabajar; es posible que los esfuerzos por introducir la segunda lengua desde la primaria e incluso desde las guarderías den algún día sus frutos pero la realidad, a día de hoy, es triste. Sad.
Los españoles nos declaramos aptos para mantener conversaciones de chiringuito con las guiris (si se trata de hacerlo en cualquier lugar de la costa mediterránea o las islas). Tampoco nos asusta ya salir fuera de España de viaje. Total, son siete días (y seis noches) para ver un país o una ciudad y con Euros o dólares en la mano se te entiende mejor. En Nueva York hubo una época en la que la nuestra moneda estaba tan alta que apenas si se cambiaba 1$ por 90 ptas. Nos llamaban los "give me two" porque los que iban a la Gran Manzana se "jartaban" de comprar pantalones Levi´s, relojes, camisetas, videocámaras y siempre pedían dos. Éramos famosos. No habíamos viajado nunca y se nos veía de lejos.
Pero si de lo que se trata es de ir a buscarnos las habichuelas pasando los Pirineos... O el Ebro (que ya no sé donde está la frontera) la cosa cambia. Ser biólogo en inglés, ingeniero, pintor o administrativo es otra cosa. Entonces surgen las dudas y los acentos de pena comienzan a hacer su aparición y vuelve a aparecer el: Ni papa, ni flowers, jelou, jelou, mai neim is Federico and ai am from Talavera de la Reina.
Yo no puedo ser ejemplo porque en eso tuve mucha suerte y estoy intentando que mi hijo tenga la misma hablándole en inglés en casa todo el rato que me acuerdo, que no es poco. El pobre ve Bob Esponja y pepa Pig en inglés, pero esa inversión comienza a dar sus frutos y, aunque pasa de contestarme en la misma lengua, si que responde a lo que le pida. Si le digo que me traiga algo, que se lave, que me dé el mando de la tele o que se limpie las manos (clean your hands) el niño lo hace y ya sabe que las cosas se pueden decir de dos maneras. Lo malo es que en la guardería también le "hablan" en inglés y la pronunciación de la profesora lucha ferozmente por destrozar todo vestigio de su precioso acento de Michigan. ¿Por qué hay que decirle que alto es "jai"? si, con j. Y eso que es Sevilla la aspiramos en español, pues nada, en inglés al revés.
Y ése puede ser también el secreto.
Mezclemos:
- Poca cultura de aprendizaje de un segundo idioma
- Profesores con un inglés manifiestamente mejorable
- Pocas horas lectivas
- Escasos contactos con el idioma fuera de la escuela
- Cenutriez generalizada
Y la ensalada se llama: Ni papa, ni flowers, jelou, jelou, mai neim is Federico.
Pero hay luz en las tinieblas idiomáticas y en la valentía de las españolas. Mi amiga a prestigiosa periodista Lola Jimenez si que ha hecho lo que tenía que hacer y tras muchos viajes y cursos ha cambiado su historia con el inglés. Ahora es capaz de enamorar a niños y adultos en la lengua de Shakespeare. Si se puede, yes we can.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo pienso que la cosa empezará a cambiar el día que dejen de doblarnos en la televisión las películas al español. Fíjate en el caso de Portugal. Las subtitulan y saben más inglés que nosotros. Eso sí, ¿estaría la gente dispuesta a renunciar al doblaje? Porque hay que reconocer que el doblaje español es perfecto.

Sergio Crespo dijo...

Si. Es una de las claves para educar el oído a otro idioma. También es verdad que los países más pequeños como Portugal, Holanda o Dinamarca aprenden otras lenguas por la necesidad de comunicarse pues su lengua materna es hablada por poca gente.