lunes, 5 de noviembre de 2012

El paro necesita un plan

Cuando una tragedia como la del paro deja de ser vista como tal corre el serio riesgo de perpetuarse en el tiempo. Ya no nos asombra escuchar que las cifras siguen subiendo y subiendo sin remedio y ya lo vemos como un mal endémico de nuestra sociedad, algo a lo que ya estamos acostumbrados. Esta mañana, caminando por las calles de mi ciudad, recapacitaba aterrado por las cifras mientras veía a la gente pasar, aparentemente ausentes a la tragedia y me recordó a ese sentimiento que uno tiene cuando una tragedia ocurre en el interior de una familia. Para los afectados el mundo parece haberse parado; para el resto, es un día más.
Pero si malo es que las cifras no dejen de aumentar, peor es lo que todos estamos haciendo para intentar contrarrestar eso. ¿Hay alguien que tenga un plan? Los gobiernos están más preocupados por resolver los problemas derivados de la falta de ingresos en sus cuentas que en arreglar los motivos de ese descenso, que no es otro que el paro. Si hay muchos parados, lo que antes eran ingresos en forma de impuestos se convierten en gastos, que son subsidios. Cuanta más gente trabajando más ingresos para el Estado y menos gastos para todos. Es así de sencillo.
No tenemos un plan. No sabemos de qué vamos a vivir en España los próximos 20 años, y sin un plan es imposible llevarlo a cabo. En las empresas serias, lo primero que se hace es un plan estratégico, que determine lo que quiere ser esa compañía en un tiempo razonable de tiempo y viendo cuáles son sus debilidades, sus fortalezas, sus oportunidades y sus amenazas. Una vez determinados los objetivos se establecen planes de acción para lograrlos, se asignan responsables... Y a trabajar. Tener planes de acción hace posible monitorizar si se están cumpliendo los objetivos planeados en un principio.
Saber donde quieres ir.
Trazar la ruta
Ir mirando el mapa para ver si vas por el camino correcto.
 
 

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