jueves, 21 de octubre de 2010

Reflexiones sobre el cambio de ministros

La mal llamada crisis de gobierno de ayer nos deja una nueva composición ministerial, un cambio de caras en un intento, por parte del presidente Zapatero, de tomar impulso ante la grave crisis (ésta si que bien llamada) de confianza en la que se ha instalado la opinión pública.
El cambio de gobierno es visto por la mayoría como algo positivo en estos momentos, incluso dirigentes del PP tan importantes como Cospedal o Arenas lo reconocieron ayer en petit comite cuando fueron cazados por una cámara intrusa.
De todos estos cambios me quedo con varios detalles que deben servir para la reflexión:
- Tras la salida de Bibiana Aído y Moratinos en el Gobierno de España hay un sólo representante del PSOE de Andalucía, Manuel Chaves, con una responsabilidad "menor". La otra andaluza, Rosa Aguilar, es independiente. ¿No hay mujeres en el PSOE-A suficientemente buenas para estar en el gobierno central? Yo sé que si las hay pero, ¿lo sabe Zapatero?
- Los dirigentes que apoyaron a Trinidad Jiménez frente a Tomás Gómez salen reforzados con el cambio. Rubalcaba, Blanco y la propia Trini han ido a más. ¿Qué pensará Gómez de todo esto?
- Todos los nuevos ministros o los que toman protagonismo tienen una cualidad común: Tienen buenas dotes de comunicación y se llevan bien con la prensa. La comunicación es siempre la gran olvidada de la política y luego es a la que se le echan las culpas de todo.
- Zapatero ha suprimido los dos ministerios que creó como algo simbólico de las que eran sus prioridades, vivienda e igualdad. No conozco a la ministra de vivienda, pero me consta que Bibiana ha hecho un excelente trabajo en unas condiciones durísimas de presión mediática y ha sabido salir airosa de todo ello mejorando su imagen cada día. Aído ha hecho historia siendo la ministra más joven de la democracia y poniéndole nombre a una ley (la del aborto) que ayudará a muchas mujeres a decidir sobre un asunto tan traumático de la manera más eficaz y justa posible.
- Estoy ansioso por ver cómo respiran las encuestas tras el cambio. En EE.UU. ya habrían publicado alguna.

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