miércoles, 7 de abril de 2010

Charla sobre Ángel para un final en Villanueva del Ariscal


Una de las ventajas del escritor es que no se tiene que enfrentar a su público cada vez que alguien lee su libro. Dentro de las artes hay unas para valientes que se enfrentan al veredicto instantáneo, como pasa en la música, la danza o el teatro y otras para gente más cobarde... como yo. Por eso cuando un escritor se enfrenta a sus lectores se encuentra ante una situación que le es complicada y difícil de controlar, aunque en el fondo siempre es gratificante, como me pasó ayer en Villanueva del Ariscal frente a un nutrido número de lectores de mi novela Ángel para un final.
Acudí al instituto de esa localidad llamado por mi amigo el profesor José Manuel Delgado Adorna, que había tenido la idea de dar a leer mi libro a estudiantes de 4º de la ESO y los chicos y chicas querían destriparme a placer. Así que allí me fui parapetado de frases útiles y técnicas recurrentes de distracción. Una vez delante de ellos todo fue mucho más fácil.
Me asombra la poca confianza que tiene la sociedad con los jóvenes y el desprecio que en general se tiene hacia sus opiniones. Me encontré ante una serie de personas que me hicieron un análisis literario que para si quisieran infinidad de adultos. Preguntas difíciles, sensatas y coherentes fue lo que me encontré. Nada de adulación fácil y sí un diálogo agradable con gente que ha tenido la paciencia de leer tu obra y tiene todo el derecho a criticarla y que le expliques el porqué de las cosas... Si realmente tienen un porqué.
El contacto con los lectores me sigue apasionando, aunque sea en pequeñas dosis porque aprendo de ellos mucho sobre mi propia obra y quizás algún día los escritores dejemos de ser los cobardes del arte. Yo a fe que lo intento, aunque con audiencias como la de ayer todo es sin duda, mucho más fácil.

2 comentarios:

Anchama dijo...

Me alegra que tu novela se de a leer en institutos de Andalucía, y más bien, cerca de Sevilla, donde está basado tu libro, asi cuando paseas por esa calle Betis, por ejemplo te puedes hacer una idea del personaje, por esa calle, sus sentimientos...
Es una novela que se ve natural, como la vida misma.
Un saludo.

Sergio Crespo dijo...

Fue muy agradable, la verdad. La gente joven, además, es especialmente honestas y poco dados al halago fácil. Fue muy instructivo!!!