sábado, 20 de diciembre de 2008

Los zapatos de Bush


Antiguamente las madres le daban con la zapatilla a sus hijos cuando éstos se portaban mal. Tras un par de cachetes en el culo el niño salía corriendo y la madre acababa tirándosela antes de que la huida no permitiera más golpes. Normalmente fallaba o el crío conseguía agacharse a tiempo. La historia me viene a la cabeza al pensar el zapato que le tiró un periodista a Bush el otro día en Irak mientras daba una rueda de prensa.

No soy partidario de ningún tipo de agresión, pero puestos a agredir, un zapatillazo me parece lo más divertido que se le puede hacer al presidente más nefasto que ha tenido EE.UU en los últimos 200 años. La idea ha causado furor y los alrededores de la Casa Blanca parecen ya un mercadillo de zapatos al aire libre convirtiéndose en un acto de protesta contra Bush.

El periodista iraquí se ha convertido en un ídolo en su país y la marca de zapatos turca que usó como arma arrojadiza no da abasto a las numerosas peticiones de pares que le llegan de todo el mundo (árabe en especial).

Un par de reflexiones. Contra las desmedidas de Bush, zapatazos. Es una nueva clase de entifada, una manera de protestar sin armas, una muestra de impotencia, una protesta que va a crecer y crecer. estoy seguro que la protesta del calzado no ha hecho más que comenzar y llegaría mucho más lejos si no fuera porque Bush deja la presidencia de su país en pocos días. Y George, como niño malo que ha sido toda la vida, esquivó los lanzamientos con presteza, como si no fuera la primera vez que veía venir calzado volando. Seguro que mamá Bárbara le tiró la zapatilla tras correr detrás de él por el rancho de Texas. ¡Ay que niño más malo!

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